Hay un barrio en Zaragoza donde viven muchas culturas, muchas gentes venidas de todo el mundo. Está muy cerca del Pilar y del Mercado Central, y limitado por la avenida de César Augusto, la calle Conde Aranda, el paseo de María Agustín y el Ebro. Ese rectángulo, llamado barrio de San Pablo o del Gancho, fue en su día escenario central de los sitios de Zaragoza, la lucha a muerte contra los invasores franceses.
Hoy todo es diferente. La nueva invasión no es tal: es más bien la creación de un entorno multicultural de gente sencilla, trabajadores, estudiantes y muchos niños. Muchos de ellos participaron ayer en la Carrera del Gancho.
Fue la cuarta edición de un carnaval que sale de la calle Boggiero (justo donde está mi casa) y que recorre las calles César Augusto y Conde Aranda y se compone de los frutos del trabajo, compañerismo y diversión de muchos de estos niños y mayores durante el resto del año. Capoeira, hip hop, graffiti, rumbas, teatro, poesía... En la noche del sábado, aunque oscura, la luna se enganchó. ¿Queréis un flickr? Que lo disfrutéis.
23 septiembre 2007
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