luz que brilla tras las nubes.
Aunque no quiera, siempre conmigo.
Busqué el calor del mar,
azul de cielo;
su ruido había llegado a mi cuaderno.
No lo encontré.
Aunque no quiera, siempre conmigo.
Hay barcos en el puerto,
y una voz que ya no recuerdo,
pero que siempre está conmigo.
Aunque no quiera, ahora estoy despierto.
Pensado/escrito entre Barcelona y Zaragoza
29/01/2007.
---29/01/2007.
Es una mezcla de sensaciones rara, tras haber descubierto otra vez una de las grandes ciudades europeas. La ciudad de los prodigios, moderna y modernista, la puerta de Europa, el centro de ese país que nos lleva siempre la delantera (en lo bueno y, alguna vez, en lo malo), brilló este fin de semana como nunca. Barcelona estará, y esto sí lo quiero, siempre conmigo.
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