03 febrero 2008

¡Pero qué gusto me da...! (ta ta tará tará)


 Joaquín Hernández Kiki / Diario de Cádiz

¡Chirigota, chirigota! ¡Qué pelotaso! Este año no ha habido grandes polémicas. Las Pito-Risas de Kike Remolino hicieron magia y todo el público del Falla en las preliminares, semifinales y la final preveía por dónde iban los tiros. 

No hay mucho más que decir... sólo algunas de las perlas que, cual monedas doradas, adornaron con magia el cielo de la añorada Tacita de Plata. ¡Va por ustedes en este Domingo de Coros!

"Reyes, ¿qué vais a traerle a este chavalito?
No quiero engañarte, pisha mía, pero más bien te diría 
que otra vez vienen cortitos (...)
Puede que ahora comprendas aquello que te contaron;
ya ves que los reyes existen, y son verdaderos magos". 

"Mi niño tiene la boca como el que canta en Los Rebujitos,
con esos dientes que tiene va del carajo pa abrir los litros (...)
Ya no es que el niño tenga boca, es la que la boca tiene al niño.
Cuando coge un palillo dientes, con lo que se saca
yo lo aprovecho y hago croquetas para el día siguiente". 

"Debajo de la mesa tengo un demonio,
no veas tú que golfo este demonio,
me quiere meter mano en el mismo... ¡debajo de la mesa...! (...)"

"Ay, Amor... Amor es hombre; la tiene como el Andalá pero patrás, 
¡qué habilidad! Que la gente no vé na de na, 
donde guarda su cola lo voy a ver en la bola y ahora te lo digo...". 

"Y es verdad que las estrellas pueden marcar tu camino
porque fueron las estrellas quien me trajeron contigo.
Y es verdad que los hechizos pueden durar muchos años
porque el tuyo todavía no he conseguido olvidarlo..."

¡Qué pelotaso! ¡Olé, olé y olé!

01 febrero 2008

Omm, shaanti shaanti

La vida sigue su curso, cada vez más rápida y más densa, con más cosas que hacer y con menos tiempo para reflexionar. Faltan ciento treinta y pocos días para la Expo y parece que hayamos metido ya la quinta marcha. Menos mal que hay cosas que todavía me dan un poco de paz y, más que sosiego, una pausa en el espacio tiempo que me carga las pilas al máximo.

El gimnasio está siendo una de esas cosas. Sobre todo por la clase de yoga que casi siempre tiene esta banda sonora...



...y que acaba, siempre, con un sonoro "Om, shaanti shaanti", que se repite tres veces para desearnos paz entre todos.

Hace un mes me parecería incluso ridículo. Anoche me dormí muy temprano pensando en él.