I noticed tonight that the world has been turning
While I've been stuck here dithering around
Well I know I said I'd wait around till you need me
But I have to go, I hate to let you down
But I can't stop now
I've got troubles of my own
Cause I'm short on time
I'm lonely
And I'm too tired to talk (…)
And I can't slow down
For no one in town
And I can't stop now
For no one
Esta canción de Keane, de su primer disco Hopes and fears, es todo un manifiesto. Porque todos sentimos en algún momento la necesidad de seguir adelante, sin pensar en lo que dejamos atrás, ni en quien fue una vez importante y de repente ya no lo es.
‘I can’t stop now for no one’, ya no puedo esperar por nadie, canta Keane, porque no hay casi nadie tan importante como para impedir que sigamos adelante. Una declaración de intenciones que, si realmente la creemos, puede ser reveladora en algunos momentos.
Claro que habrá quien proteste, quien patalee. El presidente del gobierno no podría decirle esto a los de enfrente (aunque no le falten razones). Un cantante comercial o un artista de éxito no pueden, muchas veces, romper lazos con el público que demanda su obra, aunque ésta haya perdido ya la frescura original que motivó su parto.
Yo sí puedo gritarlo hoy. Lejos ya de mi casa (la de adopción), y aunque a veces lleguen mensajes que tiran de mí hacia atrás, siento que ya no puedo pararme por nadie. Porque ahora tengo mis propios problemas.
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