Stay hungry, stay foolish

Tengo un PowerBook. No es nada del otro mundo: es un ordenador que hace lo que tiene que hacer, sin virus y de manera sencilla pero eficiente. Tiene casi 3 años y es descendiente lejano de aquel viejo mac que diseñó el hombre que veis aquí arriba.

Poco antes de que esta pequeña herramienta llegara a mis manos, tuve el honor de poder pronunciar uno de los discursos de los alumnos en la graduación de mi clase de la promoción 2000-2004 de licenciados en periodismo de la Universidad de Sevilla.

Todavía recuerdo la emoción de ponerme tras un atril y leer los siete folios que, por lo visto, gustaron a mis compañeros. El trabajo mano a mano con Inma para escribir esas páginas tuvo como resultado un texto que os enseñaré aquí en otro momento, porque el protagonista de este post no es mi egofagia, sino este hombre que es capaz de hacer uno de los mejores discursos que he oído nunca. Es cierto que, al igual que el señor Gore, Steve Jobs es estadounidense y ha buscado especialmente el impacto emocional de su audiencia. Pero da igual.

Os invito a escucharlo y a disfrutarlo tanto como he hecho yo, y a pensar hoy en cualquiera de las muchas buenas frases que componen esta gran invitación a la vida.

"Stay hungry, stay foolish".